lunes, 16 de noviembre de 2009

Foncebadón

Comienzo con el pueblo de Foncebadón, un recorrido por lugares que mis piernas han recorrido y disfrutado.

Situado en los Montes de León, casi en la cima del monte Irago, Foncebadón es lugar de paso del Camino Francés que lleva a Santiago de Compostela. Abandonado durante décadas, ha resurgido gracias al empuje de este itinerario cultural europeo.

Contó en el medievo con dos hospederías, dos hospitales y un convento, siendo el ermitaño Gaucelmo el primero que se estableció en la localidad, con el único fin de acoger al peregrino en estas duras y pantanosas tierras.

Poco a poco, con el paso de los siglos y a pesar de los fueros y privilegios concedidos por el rey Alfonso VI, la villa fue perdiendo población y aunque a principios del XIX todavía contaba con unos ciento cincuenta vecinos, ya en el XX se encuentra completamente abandonado.

Se llega a Foncebadón después de una larga subida desde Astorga y se encuentra a mil cuatrocientos metros sobre el nivel del mar. Siempre que he llegado, coincidiendo con las primeras horas del día, me ha acompañado una densa y húmeda niebla, que hace si cabe más lúgubre la vieja entrada al pueblo, por la Calle Real.
Casas derruidas a derecha e izquierda, el cementerio abandonado, solo ese ambiente húmedo, que te cala hasta los huesos y silencio, un silencio sepulcral, tan solo roto por el ruido de las suelas de las botas en contacto con el pedregoso suelo.

Un halo mágico envuelve el pueblo, sin duda debido a las energías que han quedado impregnadas de los cientos de miles de peregrinos que han transitado por ella.

Os recomiendo cuando hagáis esta ruta, deteneos en la Taberna de Gaia, un original local ambientado al estilo medieval, con una cocina bastante buena para lo que es habitual en la ruta jacobea y unos precios especiales para peregrinos. http://www.latabernadegaia.com/

Si las fuerzas ya no os acompañan, en la villa encontraréis el albergue parroquial María Magdalena(donativo), el Convento de Foncebadón(6 euros) y el albergue privado Monte Irago(7euros), para descansar con vistas al siguiente día.

Muy cerca, a tan sólo tres kilómetros está la Cruz de Hierro, pero este especial enclave se merece un tratamiento especial en futuras entradas.

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