sábado, 28 de noviembre de 2009

Roberto "Macho" Figueroa

José Roberto "Macho" Figueroa(Honduras, 1958), ha sido y es sin lugar a dudas, una de las leyendas del Real Murcia y uno de mis ídolos de niñez.

Llegó al club después del Mundial 82, en el que participó con su selección, estando el Murcia en Segunda División A. Con sus goles nos aupó a los pimentoneros, a Primera División la temporada siguiente, abriéndose la etapa dorada del club.

José Roberto ‘Macho’ Figueroa se caracterizó no tanto por la certeza de sus disparos, sino por la violencia con la que le pegaba al balón. Fue por ello que se le consideró un verdadero terror para los porteros.

Estuvo en el Real Murcia hasta la temporada 85-86, en la que fue traspasado al Hércules de Alicante. Con sus 53 goles se convirtió en uno de los máximos artilleros de la centenaria historia del club.

Tanto es así, que junto a Guina, del que ya hablaré, realizó el saque de honor en el último partido en La Condomina en 2006 y donde todo el campo coreó aquello de:-¡Gol,gol, gol, gol! y -¡Macho, macho, macho,macho!.- .




Si este jugador estuviera hoy en órbita, valdría muchos miles de millones.

Y si no, mirad este vídeo y juzgad el gol que mete y pensad si lo metiera Messi o Cristiano. Seguramente los periodistas deportivos hablarían de uno de los mejores goles de la historia.




Gol del "Macho" Figueroa al Efesé en el Armarjal. Temporada 82-83

viernes, 27 de noviembre de 2009

Cuando aparentaba que corría

Un comentario del amigo Garbanzito he hecho que recuerde una de las mejores etapas en mi vida. Aquella en la que incluso parecía que corría. Pero al mismo tiempo ha hecho que afloren los fantasmas al buscar las fotografías. Me veo y casi no me reconozco. Casi veinticinco kilos menos y no llegaba todavía a la treintena de años. ¡Me cago en mi vida!.

Fue como digo, una etapa maravillosa en la que conocí a gente excepcional, con la que compartía entrenos, carreras cortas, medias maratones y la distancia mítica de los cuarenta y dos kilómetros, la maratón.

Domingo cada quince días, recorríamos variados lugares, dónde competíamos no por ganar la carrera, pero sí a la resistencia de nuestro cuerpo, bajando segundos o minutos a nuestras marcas personales. Murcia, Cartagena, Lorca, Cieza, Santa Pola, Alicante, Elche, Torrevieja, Pinoso, Benidorm, Orihuela, Hellín, Albacete, Madrid, Valencia, Sevilla, entre otras localidades, fueron pisadas por mis pies a la máxima velocidad que pudieron. Y, ¡voto a bríos!, ¡no era un paquete!. Mi mejor marca fue en Murcia en 2ooo con 1 hora, veintisiete minutos, cuatro segundos en media maratón. Y en maratón en 2002, en la Milenium, en tres horas, cincuenta y tres minutos, veintidós segundos. Muchos se dirán, ¡pues vaya mierda, zagal!. Pues según se mire. Los que alguna vez han corrido saben lo difícil que es mantener estos ritmos . Yo me siento orgulloso.

Y los recuerdos. Mi primera media maratón en Murcia, la primera vez que bajé de la hora y media en Santa Pola, mi primer maratón en Madrid, las escapadas a la sierra de Madrid para correr por La Pedriza con Luisico "spanjaard" y un grupo de atletas internautas, las quedadas en verano en Denia en casa del mago Pepo, donde la Subida al Castell, era la excusa perfecta para organizar unos saraos impresionantes, la maratón de Sevilla 2005, mi última carrera y como comentó Garbanzito, aquel día en que un grupo del comando "güertano", corrió por las calles de Murcia para recaudar fondos para la construcción de una escuela en Haití. Nos recibieron como si fuéramos atletas de primer nivel, con ovación cerrada y luego dimos vueltas hasta reventar en una hora. Unos más que otros. Yo fui de los primeros en explotar, pero creo que conseguimos bastante dinerico para que esas criaturas tuvieran una infancia digna.

Pues nada Garbanzito. Ya he hablado de mi época "killer del asfalto". Desde luego una puta mierda en comparación a tus marcas y a tus logros.

Otro día hablaremos de la rehidratación post-carreras. ¿Cerveza o aquarius?.
El "comando güertano" en la carrera para recaudar fondos para la escuela en Haití. De arriba a abajo y de izquierda a derecha: el titolo, el urbán jr., el garbanzito, el franbali, el pechitos y el Javier.
Mi última carrera. Maratón de Sevilla 2005. Entrada al Estadio de la Cartuja comiendo churros. ¡Con dos cojones!
Media Maratón de Hellín 1999. De izquierda a derecha: Manolo "el pechitos", Víctor Sanz "el zamarro", Paco Orenes "el viejo" y Sergio"el calamar".
Media Maratón de Pinoso 2000.

El día del maestro

Hoy estoy de fiesta. Los docentes celebramos San José de Calasanz, nuestro patrón, aquel que en pleno siglo XVI, le echó un par de huevos y abogó, peleó y creyó en la escuela pública y gratuita.

Vamos, casi igual que ahora, en que la escuela pública es de todo menos un lugar de enseñanza, donde los políticos de turno juegan con las leyes según gobiernen, en donde los zagales solo tienen derechos, en donde todo el mundo opina que si lo haces bien o mal...........

Y ahí en medio los docentes. Esa rara especie, que en el 90% de los casos trabaja por vocación, aguantando estoicamente a niños maleducados, a padres el doble de maleducados que sus hijos, a una Administración que nos tiene desamparados y con un reconocimiento social negativo.

-¡Coño Manolo, mañana tienes fiesta!.¡Cómo vivís los maestros!-, me decía un vecino ayer.

Pues si. Vivimos porque respiramos, vivimos porque nos gusta esta profesión a pesar de los pesares y ¡me cago en tó!, porque hemos pasado por oposiciones, cambios de domicilios varios, accidentes de coche, intentos de agresión y tantas otras cosas, que nos merecemos no este día, sino las vacaciones que tenemos. Y al que no le guste, ¡a la Universidad a estudiar!.

Sirva este escrito como homenaje a mis maestros, algunos ya fallecidos. Ellos junto a mi familia me han hecho ser lo que soy.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Mesón Antón. O Cebreiro

Se llega a O Cebreiro después de una dura subida desde Las Herrerías. Nueve kilómetros de empinadas cuestas que cruzan La Faba y Laguna de Castilla, dos pequeñas aldeas que sirven al peregrino de descanso y avituallamiento, con albergues y bares, por si las fuerzas flaquean. Fue en Las Lagunas en un bar al pie del Camino, cuando el azar hizo que al pedir agua, un señor sentado en una mesa exclamara. -¡Pijo, un murcianico!-. Sonreí. Era un paisano que el destino de la vida hizo que terminara en esta zona buscandose la vida. Compartimos un rato de charla y un par de cigarros. Debía continuar, pero antes de irme me dijo: -Si está el albergue lleno, que será lo más probable, di que vas de mi parte a Antón en su casa. Te tratará bien.- Nos despedimos con un abrazo.

Llegué cerca de las dos y media de la tarde y como me imaginaba el albergue estaba completo. Desencaminé mis pasos, ya que el albergue se encuentra al final del pueblo y entré en el Mesón Antón. Saludé a la parroquia. Un hombre con barba cerrada salió del interior de lo que intuí como cocina.

-Buenas tardes. ¿Tiene habitación?-, le pregunté.

-¿Tienes reserva hecha?-, me respondió con cerrado acento gallego.

-Pues no señor. Pero me manda el murciano de La Laguna.-, le dije esperando su reacción.

-¿Eres murciano tú también?.-, me preguntó sonriendo y con ese tonillo musical propio del gallego.

-Pues si señor. De pura cepa-, dije con orgullo.

-¡Pasa, carallo!, los murcianos son siempre bien recibidos en mi casa.-

Subimos al piso superior, que es donde Antón tiene cuatro o cinco habitaciones. La mía era abuhardilla, forrada en madera, con una cama de matrimonio recubierta de una gran manta y cuarto de baño. Nada de lujos, pero limpia y espaciosa. Treinta euros me cobró. ¡Por ser murciano, carrallo!.

Después de una ducha reconfortante, bajé para comer y he de decir que en Mesón Antón tienen una cocina exquisita. Caldo gallego, polvo a feira y un trozo de tarta de castañas y chocolate casera fue el menú, regado por abundante cerveza, "Estrella de Galicia" y como no, para terminar con un oruxo casero, hecho por él mismo y café.
Lo mejor vino en la cena. Lacón con grelos y cecina. Zagalas y zagales del roalico, ¡simplemente delicioso!. Por comida y cena me pidió 15 euros. ¡Increíble!.

Llegaron tres vecinos y yo ya me iba a la cama, pero Antón me cogió por el brazo y me hizo de nuevo sentarme en el taburete. En amena charla, nos metimos entre pecho y espalda una botella de oruxo a tapones. Yo ya estaba ciego, literalmente. No suelo beber en demasía y estos licores me aturullan. Ahora sí, ya me despedía, cuando Antón me dice: -¡Murciano, estas en tu casa!. No hay nadie más durmiendo hoy, así que te dejo la llave encima de la barra y cuando te vayas mañana, me cierras otra vez la puerta y me la dejas debajo de la alfombra. Voy a bajar con la parienta a Triacastela a pegarme una fiesta con ella.-

Me despedí con un gracias por todo y un fuerte apretón de manos.

Y mi pensamiento después de ésto. ¿Es posible que en los tiempos que estamos, todavía exista gente que confíe en otra a primera vista?. Antón lo hizo conmigo. Me dejo solo en su casa, en su negocio, con total confianza.¡Las cosas del Camino!.

Cuando vuelva por aquellas tierras y mis pies me lleven a O Cebreiro, sin dudar volveré al Mesón Antón a destapar otra botella de oruxo y brindar por la familiaridad y cercanía de esta gente tan peculiar.

viernes, 20 de noviembre de 2009

La panadería de Carlicos

Puedo decir sin dudar, que Carlos hacía el mejor pan de todo Murcia. Sobre todo era especial en sabor, su barra gallega. Era ese pan que se hacía antes. Que pasado dos días todavía era comiente y si se endurecía una "miaja", con meterlo al horno y tostarlo un poco, lo tenías de nuevo listo para aplicar con generosidad, aceite, ajo restregado y sal, haciéndote llorar tras la ingesta.

El tugurio estaba situado en la calle Manresa de Murcia, es decir, en pleno centro de la capital. Y era en ese pequeño "roalico" donde casi siempre nos encontrabamos los vecinos de toda la vida. Además de panadería, que era su función principal, el local se convertía en lugar de plática, eso sí, siempre con una "Estrella de Levante", el agua de Espinardo, bien en envase litro, bote o quinto, muy frio de la cámara, pues allí no se bebía otra cerveza, ya que eramos y somos muy de lo nuestro, o sea, unos puñeteros nacionalistas murcianos. Otras veces, el Carlicos sacaba una mesa a la calle y unas sillas de las procesiones, mangadas habilmente a los gitanos que las ponen en Semana Santa y nos deleitaba con unos almuerzos al aire libre que ni el Ferrá Adriá ese de los "güevos". ¡Qué chapinas, copón!. También el sitio cumplía las funciones de sede social del paso del Santísimo Cristo de la Caridad. Siempre que había reunión, cabildo o lo que terciara en la Cofradía, media hora antes se presentaba un nutrido grupo de la canallesca, a comenzar a calentar motores.

Pero el cabrón ha cerrado. No ha podido competir con el pan chicle de los supermercados, barato, pero malo a más no poder. Entre el alquiler, el iva, los impuestos y su puta madre, nos ha dejado huérfanos en el barrio. Dicen que "el sartenes" vaga como un zombi sin saber donde poner el huevo.

Si alguna vez lees ésto, quiero que sepas, que desde que cerraste, no como pan. Intenté mojar un huevo frito con un trozo de barra del Mercadona y al masticarlo me dió náuseas.

No te lo perdono.

jueves, 19 de noviembre de 2009

La mota del Río Segura

Siempre que las obligaciones me lo permiten, es la mota del Segura el lugar idóneo para relajarme y practicar una de mis pasiones, como es el senderismo.

Siempre elijo la dirección hacia Alcantarilla, pues me gusta más y está más transitada. Aconsejo coger el margen derecho en la dirección indicada, ya que en el izquierdo ultimamente está proliferando la prostitución masculina, ante lo cual puedes evitar escenas en los huertos colindantes, que pueden herir sensibilidades.

Pero a lo que vamos. Este tramo pertenece al GR250, también llamado Camino del Apóstol, un sendero de largo recorrido que viene desde Cartagena, ya que se cree que Santiago desembarcó en la trimilenaria y evangelizó después a toda la Hispania. Por tanto, también este tramo pertenece al Camino del Azahar, que nos puede llevar hasta Santiago de Compostela en unas treinta y cinco jornadas.

Es un recorrido totalmente llano y no presenta ninguna dificultad. Posee un andadero y un carril-bici con señalización cada kilómetro.

Cuenta este tramo del Segura con una abundante y rica fauna, debido sobre todo a la mejora de la calidad de las aguas en los últimos años y a la bonanza climática de la zona, lo que conlleva poder observar ejemplares de gran tamaño, como la focha común, el ánade azulón, la gallineta común, el cisne común, la garceta común, la oca o incluso la garza real y otros de menor tamaño como son el mirlo, el verderón, el cernícalo, el vencejo, la verdecilla y la lavandera blanca.

Además debido a esa mejora de las aguas, es frecuente ver a aficionados a la pesca en las riberas, recordando estampas de hace más de treinta años.

En resumen, un camino recomendado para practicar deporte, para olvidar los ruidos y los nervios de la ciudad. Ideal para ir solo e incluso en familia. Mi lugar de escape en Murcia.

Algunas fotos de esta misma tarde.




martes, 17 de noviembre de 2009

La rosa

A las nueve ha tocado la sirena para entrar a las aulas. Como todos los días, he salido al patio para ponerme en cabeza de la fila de mis alumnos de quinto de primaria. Hemos subido las escaleras y entrado en clase. Mientras los encargados del día subían las persianas y recordaba a los zagales que sacaran el libro y la libreta de matemáticas para comenzar la tarea de corregir ejercicios y explicar el tema de las fracciones, María Eugenia se ha acercado a mi mesa con una rosa en la mano.

-¡Toma maestro!. ¡Es para ti!-

-¿Y eso María Eugenia?-

- Para agradecerte que me hayas enseñado a dividir por tres cifras-

Me he quedado sin palabras.

Por detalles como el de esta niña, es por lo que no me arrepiento de haber elegido ser maestro, a pesar de cómo está el patio en la docencia actual.

Gracias preciosa.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Foncebadón

Comienzo con el pueblo de Foncebadón, un recorrido por lugares que mis piernas han recorrido y disfrutado.

Situado en los Montes de León, casi en la cima del monte Irago, Foncebadón es lugar de paso del Camino Francés que lleva a Santiago de Compostela. Abandonado durante décadas, ha resurgido gracias al empuje de este itinerario cultural europeo.

Contó en el medievo con dos hospederías, dos hospitales y un convento, siendo el ermitaño Gaucelmo el primero que se estableció en la localidad, con el único fin de acoger al peregrino en estas duras y pantanosas tierras.

Poco a poco, con el paso de los siglos y a pesar de los fueros y privilegios concedidos por el rey Alfonso VI, la villa fue perdiendo población y aunque a principios del XIX todavía contaba con unos ciento cincuenta vecinos, ya en el XX se encuentra completamente abandonado.

Se llega a Foncebadón después de una larga subida desde Astorga y se encuentra a mil cuatrocientos metros sobre el nivel del mar. Siempre que he llegado, coincidiendo con las primeras horas del día, me ha acompañado una densa y húmeda niebla, que hace si cabe más lúgubre la vieja entrada al pueblo, por la Calle Real.
Casas derruidas a derecha e izquierda, el cementerio abandonado, solo ese ambiente húmedo, que te cala hasta los huesos y silencio, un silencio sepulcral, tan solo roto por el ruido de las suelas de las botas en contacto con el pedregoso suelo.

Un halo mágico envuelve el pueblo, sin duda debido a las energías que han quedado impregnadas de los cientos de miles de peregrinos que han transitado por ella.

Os recomiendo cuando hagáis esta ruta, deteneos en la Taberna de Gaia, un original local ambientado al estilo medieval, con una cocina bastante buena para lo que es habitual en la ruta jacobea y unos precios especiales para peregrinos. http://www.latabernadegaia.com/

Si las fuerzas ya no os acompañan, en la villa encontraréis el albergue parroquial María Magdalena(donativo), el Convento de Foncebadón(6 euros) y el albergue privado Monte Irago(7euros), para descansar con vistas al siguiente día.

Muy cerca, a tan sólo tres kilómetros está la Cruz de Hierro, pero este especial enclave se merece un tratamiento especial en futuras entradas.

domingo, 15 de noviembre de 2009

-Papá, ¿por qué somos del Murcia?-

Esta fue la pregunta que me formuló mi hija María, ayer por la tarde, después de oirme desde las seis en el despacho dar gritos y lamentos en la derrota ante el Rayo Vallecano.

Un rato más tarde, cuando la bilirrubina ya tenía los niveles adecuados, le expliqué que uno sin saber por qué, tiene amor hacia algo y que ese sentimiento se hace con los años y que a pesar de desengaños, frustaciones y sinsabores, no puedes sacarlo de las entrañas.

-Mira María, ese amor viene desde que mi padrino Jose Luis, cuando apenas contaba con cinco o seis años, me llevó a La Condomina a ver un Real Murcia-Osasuna de Primera División, que ganamos 1-0. Con esa visión de niño, me quedé maravillado de ver un campo lleno, animando al son de un señor al que mi padrino le decía "El Panadero de Archena". Tanto fue el impacto, que mi padre me tuvo que hacer socio de lo que se llamaba grada infantil. Allí, a ese sector al lado del córner del Fondo Norte, todos los domingos acudíamos los amigos del barrio, el Perico, Alvaro, Raimundo y yo, con nuestras banderas gigantes, nuestras bocinas, nuestras bufandas y que los domingos se convertían en fiesta cuando ganaba el Murcia y en decepción y lloros cuando perdíamos. No existía en el corazón otro equipo que no fuera el Real Murcia. Y así ha sido en todos estos años, con el equipo en Primera, en Segunda, en Segunda B y hasta en el infierno de Tercera. ¿Lo entiendes cariño?-.

-Si papá, pero, ¿antes ganaba más que ahora?-

-¡Y tanto!. He visto en La Condomina perder al Barcelona y darle un baño de fútbol al Real Madrid-

-Y entonces, ¿qué le pasa ahora?.

-Mira cariño, ahora el club ya no es el mismo. Antes era de Murcia y los murcianos y ahora está en manos de un señor, que aunque salvó al equipo de la desaparición, solo ha venido a Murcia a hacer negocios en compadreo con el Ayuntamiento de nuestra ciudad. El equipo le importa más bien poco y ha delegado en una auténtica caterva de incompetentes e indocumentados-.

-¡Madre mía, papá!. ¿Y cual crees que será el futuro?.

-Pues el futuro hija mía, lo veo muy negro. Pero, ¿sabes una cosa?, ese sentimiento del que te he hablado al principio, ese no desaparecerá jamás, aunque la caterva se empeñe y aunque las frustaciones y decepciones, me descompongan el estómago cada fin de semana-.

sábado, 14 de noviembre de 2009

El comienzo del Camino


Roal: dícese en el habla panocha, de un pequeño espacio, normalmente de huerta, en propiedad.

Dicen que todo tiene un principio. Este es el mio en el mundo del blog.

Muchos he leído y seguido, la mayor parte de gente conocida y al final me decidí a crear el mío propio.

Este "roalico" quiero que suponga un espacio en dónde expresarme y seguramente desahogarme. Puede ser una buena terapia en este mundo que vivimos.

Muchas son las inquietudes que tengo y sobre todo, no quiero que este "roal" se cierre a unos pocos temas. En él, hablaré de mi familia, puede ser como un testamento para mis hijas, de mis aficiones, de los temas de actualidad, de los sentimientos.....

La ilustración que acompaña a esta primera entrada es el grabado de un peregrino, caminando a Compostela, por tanto, hay una similitud entre éste y yo. Él, busca su interior caminando hacia el campo de las estrellas. Yo, procuraré sacar ese interior, que tan celosamente guardamos las personas y trataré de expresarlo con palabras, en este espacio que he creado.

Espero estar a la altura.

Nos leemos.